Lectoescritura
- parecer despistados o distraídos
- parecer que no están escuchando
- tener dificultades para concentrarse
- no seguir correctamente las instrucciones
- necesitar recordatorios para hacer las cosas
- parecer que se esfuerzan poco en las tareas escolares
- tener dificultades para organizarse
Al ser hiperactivos, los niños con TDAH pueden:
- trepar, saltar o armar jaleo cuando toca jugar tranquilamente
- moverse y parecer incapaces de quedarse quietos
- hacer las cosas a prisa y corriendo en vez de tomarse su tiempo
- cometer errores por descuido
- no parar (estar moviéndose constantemente)
Al ser impulsivos, los niños con TDAH pueden:
- interrumpir mucho
- hablar de forma atolondrada
- hacer las cosas sin pensar
- hacer cosas que no debieran hacer, incluso aunque sepan que no está bien hacerlas
- tener dificultad para esperar, turnarse con otras personas o compartir
- tener explosiones emocionales, perder los estribos o carecer de auto-control
Al principio, es posible que los padres no sepan que estos comportamientos forman parte del TDAH. Puede parecer que el niño solo se está portando mal. El TDAH puede causar estrés y frustración en los padres, que pueden sentir que no se los respeta.
Pueden estar avergonzados sobre lo que los demás puedan pensar sobre el comportamiento de su hijo. Es posible que se pregunten si han hecho algo que lo haya podido causar. Pero en los niños con TDAH, las habilidades que permiten controlar la atención, el comportamiento y la actividad no se desarrollan con naturalidad.
Cuando los padres aprenden sobre el TDAH y sobre qué enfoques funcionan mejor, pueden ayudar a sus hijos a mejorar y a salir adelante.
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